Como Project Manager, ¿Eres un jefe tóxico con tu equipo? Qué hacer y qué no hacer para no acabar siéndolo

Como Project Manager, ¿Eres un jefe tóxico con tu equipo? Qué hacer y qué no hacer para no acabar siéndolo

jefe tóxico, Daniel Echeverria

Google llevo a cabo un estudio sobre el comportamiento de los gerentes (y los Project managers somos gerentes de proyecto). El estudio analizó desde las evaluaciones de desempeño hasta entrevistas con equipos. En este post mostraremos un breve resumen con los aspectos más relevantes, los indicadores que nos deben dar la señal de alarma de que nuestro jefe es (o nosotros somos) o podemos llegar a ser jefes tóxicos.

1. Los jefes tóxicos microgestionan y revisan dos veces el trabajo de su equipo

Los buenos jefes suelen empoderar y dar autoridad y responsabilidad a sus equipos. Por el contrario, los jefes tóxicos tienden a estar encima de sus empleados, metiéndose en el qué hacen y el cómo lo hacen y revisándolo todo «que seguro que se han dejado algo».  Y lo hacen a un nivel que genera frustración y falta de interés en hacer las cosas bien (porque, total, lo va a mirar el jefe). Y los equipos perciben que no son valorados ni confían en su trabajo y que sus superiores tienen cero confianza en sus habilidades y capacidades. Esto lleva al descontento y la desconexión.

2. Los jefes tóxicos permanecen en sus cómodos despachos desde los que dan órdenes

Los jefes tóxicos suelen tener un ego desmesurado que les lleva a mantener a sus equipos a distancia colocándose dos peldaños por encima de sus equipos para observarlos «desde arriba», desde su torre de marfil. Suelen mostrar tendencias anti-sociales y no suelen comunicarse con sus equipos salvo para enviar la información unidireccional y escuchar los reportes sobre el trabajo encargado. Esto crea problemas de comunicación, malentendidos, más fallos y complica más la situación. Este círculo vicioso puede detenerse si los jefes comienzan a comunicarse más y de forma más frecuente con su equipo.

3. A los jefes tóxicos no les gusta apoyar y acompañar a sus equipos

Según el estudio de Google citado, los equipos valoran de forma muy positiva a los jefes que hacen de Coach y acompañan en el desarrollo a sus equipos. Por el contrario, los jefes tóxicos no se encuentran cómodos en estas tareas y tienden a evitar este tipo de responsabilidades ya que las consideran una pérdida de tiempo ya que «cada uno ya sabe lo que tiene que hacer».

4. Los jefes tóxicos no se preocupan de la carrera profesional de sus equipos

Otra característica de los jefes tóxicos es que creen que la carrera profesional de sus equipos es cosa suya y que ellos son los que deben buscarse la vida, no ven que ellos puedan tener alguna responsabilidad en ello. No se dan cuenta que invertir en el crecimiento personal y profesional de sus equipos es una inversión a medio-largo plazo, que logra lealtad y confianza y que mejora la satisfacción de los empleados. Los jefes tóxicos les preocupa que si forman a sus empleados se irán de la empresa (y no se dan cuenta que es peor que no los forme y que se queden…).

 

jefe tóxico, Daniel Echeverria

 

5. Los jefes tóxicos se mueven en demasiadas direcciones cambiando criterios con frecuencia

Es difícil esperar que una persona pueda tomar decisiones acertadas cuando está continuamente cambiando de rumbo y modificando sus objetivos y criterios sin que su equipo tenga muy claro porqué. Por el contrario, un buen líder siempre se guía por una visión de empresa y una estrategia acorde con ella alineando el trabajo de sus equipos en el cumplimiento de los objetivos estratégicos. Si el equipo conoce los objetivos desde el inicio se mitigan los riesgos y mejoran los opciones de éxito.

6. A los jefes tóxicos no les preocupan demasiado sus empleados

Muchos jefes no se preocupan de sus empleados considerándolos como elementos reemplazables, como recursos. Lo único que les preocupa es si están haciendo bien su trabajo o no. Sin embargo, si queremos que nuestro equipo nos respete y confíe en nosotros, debemos preocuparnos por ellos. Debemos mostrar empatía hacia ellos, escuchar sus problemas y tratar de ayudarles a resolverlos. De esta manera, si nuestro equipo se siente valorado, nos lo devolverá con compromiso y mayor productividad.

7. Los jefes tóxicos son autosuficientes, no dependen de otros

A los jefes tóxicos, aunque les falten capacidades y habilidades, no les gusta depender de otros. Se ven como personas que lo saben todo. Sus egos les disuaden de pedir ayuda, consejo o que alguien del equipo cuestione sus opiniones y decisiones. Prefieren equivocarse que aceptar que no saben de algo y tener que pedir consejo. Quieres mantener su estado de jefes intacto aunque tengan que hacer cualquier cosa para lograrlo. Por el contrario, los líderes nutritivos conocen sus fortalezas pero también sus debilidades y nunca evitarán pedir consejo a su equipo e implicarles en decisiones relevantes del proyecto.

Y tu, ¿Tienes alguno de estos «tics» que den señales de que estén siendo un Project manager tóxico?

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A tu disposición¡

Daniel

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