…abismo.

La idea de equipo es una de las ideas con las que más cómodos nos encontramos ya que estamos en contacto con equipos casi en cada actividad que abordamos. Cuando encendemos la televisión es muy probable que nos encontremos con equipos de diferentes deportes: fútbol, baloncesto, balonmano, motociclismo -porque no todo se acaba ni mucho menos con el que está subido encima de la moto- y así hasta el infinito. En la oficina es muy probable que seamos miembros de un equipo de proyecto cuyo objetivo sea lograr un producto, servicio o resultado que logre hacer felices a nuestros clientes.

Ya no hay actividades profesionales en las que prevalezcan las prima donnas. Hoy en día las actividad profesional se realiza de forma creciente con equipos ya formados por personal interno en su totalidad ya formados por personal interno y permanente y personal externo temporal. Y hay muchas razones para ello. Por ejemplo, los equipos son más flexibles, sus miembros se asignan de acuerdo a las necesidades del proyecto y a las habilidades de sus componentes y, por tanto, si las necesidades o las habilidades cambian, cambiará el equipo.

Por otra parte, los equipos permiten a las organizaciones  abordar retos y problemas que están fuera del alcance de los individuos y los departamentos o unidades de negocio tradicionales.

En el nivel conceptual más alto, los equipos pueden definirse como un grupo de hombres y mujeres (y viceversa) que trabajan juntos para lograr un objetivo común. Curiosamente esta definición tiene una gran afinidad con la raíz latina de competir -competere: luchar juntos-. Y claramente, el trabajo en equipo consiste en buena parte en luchar juntos en pos de un objetivo común.

Pero aunque esta definición nos da ya una buena idea de lo que son los equipos, Katzenbach y Smith en su libro «The wisdom of teams» sugieren que esa definición oculta algunos matices sobre cómo funcionan realmente los equipos y que es bueno resaltar. Y puestos a matizar, propusieron cinco niveles

1. el «grupo de trabajo» en el que sus miembros interactúan para compartir información, no poseen un fuerte compromiso para trabajar juntos y alcanzar los objetivos establecidos. Es probable que ni quiera estén de acuerdo en cuáles son los objetivos perseguidos…

2. el «pseudo equipo» en el que el grupo podría alcanzar los objetivos definidos trabajando con armonía… pero no lo hacen. Pueden llamarse a sí mismo un equipo pero sus miembros no tienen demasiado interés en perseguir objetivos comunes. De hecho cada uno persigue los suyos… Esto me suena a como era un equipo de futbol que acaba de ganar la liga de fútbol española…

3. el «potencial equipo» en el que los miembros del equipo reconocen la importancia de trabajar juntos para lograr sus objetivos de desempeño de forma coordinada y efectiva pero todavía no se han dado una forma de trabajar común que los haga co-responsables.

4. el «equipo real» donde sus miembros están completamente comprometidos en el seguimiento de procedimientos definidos y de trabajar juntos para alcanzar unos objetivos acordados y compartidos. Además se sienten mutuamente responsables del cumplimiento de los objetivos.

5. el «equipo de alto rendimiento» que es un verdadero equipo en el que sus miembros están supercomprometidos con la realización de su trabajo, logran sinergias y unos resultados que superan con creces los que pudieran obtenerse sumando los logros de cada uno de sus miembros. Y esto me suena a un equipo que ha perdido este año la liga de futbol española…

Dice J. Davidson Frame en su Project Management Competence que cinco personas en un ascensor no constituyen un equipo. Pero si se rompe el ascensor y las cinco personas trabajan juntas para resolver el problema se han convertido en un equipo. Lo que hace la diferencia, dice este autor, entre un grupo y un verdadero equipo es su unión en la consecución de un objetivo que todos consideran que merece la pena alcanzar trabajando juntos.

Y tu ¿En qué tipo de grupo-equipo trabajas?